Desde que me recuerdo, he sido un devorador de información, de cursos, formaciones, lecturas, vídeos y conversaciones.
Todo nos da una valiosa forma intelectual de comprender ciertas cosas, y nos abre a ser potencialmente mas eficientes en enfrentarnos a ciertas situaciones de la vida con mas coherencia.
Pero...digo "potencialmente", porque si todo lo que aprendemos, no lo llevamos a una vivencia, a una experiencia, al final será papel mojado en nuestra cabeza.
Creo (no deja de ser mi humilde opinión) que la vida no está enfocada a recopilar información en la cabeza, mas bien su riqueza reside en la cantidad de vivencias que pudiéramos tener, esos momentos donde el cuerpo, la mente y las emociones se unen para hacernos sentir, y para eso no queda mas remedio que enfrentarnos al miedo del error, de que eso que hacemos pueda salir no exactamente como esperamos.
Gracias a Dios cada error nos hace mas sabios frente a la próxima experiencia.
Así que sirvan estas líneas para romper una lanza en favor de tomar la vida como una aventura, para experimentar, para sentirnos vivos...
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