lunes, 20 de mayo de 2013

La Grandeza de equivocarse


Hoy me gustaría hacer una breve reflexión del error y la equivocación, y de como en general, no somos capaces de valorar el potencial que nos brindan.
Crecemos en un sistema educativo que cada vez está más obsoleto, ya que solo se centra en la inteligencia memorística de almacenar y soltar datos, al resto de inteligencias se las valora mas bien  poco, la musical, la espacial, la corporal, la emocional….En un  sistema montado por las universidades, el excelente músico,  el pintor, el manitas, el que tiene don social para relaciones públicas, etc, están condenados a fracasar y al error (evidentemente por el sistema de valoración que se ha montado de las personas)
Pero volvamos al error, en nuestro sistema educativo cuando alguien se equivoca lo más habitual es regañarle, y el crío asocia con el tiempo que el erro es malo.
Equivocación=me regañan y mis compañeros se ríen.
El problema que se plantea es que solo los que se equivocan consiguen grandes logros, necesitamos el  ensayo-error para crecer en nuestros 
aprendizajes.



La propuesta por mi parte es clara, papas, mamas, bus, profes….Cuando alguien bajo vuestra responsabilidad se equivoque, por favor, ayudarle con compasión y cariño a que aprenda de esa caída, para que quien se levante sea más fuerte que la persona que cayó.
Una de las cosas que más me llama la atención cuando tengo las sesiones de cartas mayas con la gente, es como se culpabilizan por las cosas que no salen como ellos esperaban. Ese pánico a equivocarse, por que pensarán los demás o  por nuestra propia valoración, es un lastre tremendo que no nos deja evolucionar y avanzar a la velocidad a la que podríamos hacerlo.

El miedo al error paraliza, el no movimiento en la naturaleza acaba produciendo estancamiento y podredumbre. Piensa en el agua, qué ocurre cuando no fluye? Piensa en cualquier organismo que se quede parado, qué ocurrirá con él?
Me gustaría invitarte a que te tomes la vida como una fantástica y divertida aventura, lánzate a vivir y a experimentar, no hay duda de que te equivocarás, pero aprenderás, crecerás  y al final te aseguro, que compensa la sensación de sentirte vivo y de salir del cerco del  no fracasar en una búsqueda inútil de una ficticia seguridad que nos tiene encarcelados en realidad.

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